Más Allá del Vidrio: La Historia de Nuestro Horno
Cada horno de fusión de vidrio tiene una historia que contar, hecha de calor, transformación y renacimiento. En Vetreria Etrusca, la reconstrucción de un horno no es solo un proceso técnico, sino un ritual que combina tradición e innovación. A través de estas imágenes, le guiamos por las tres fases fundamentales de este ciclo: vaciado, demolición y renacimiento.
01. Vaciado: El Comienzo del Cambio
El horno, el corazón palpitante de la vidriería, se vacía del vidrio fundido restante. Los artesanos trabajan con precisión, eliminando cada residuo y dejando al descubierto la estructura desnuda, marcada por el tiempo y el calor. En este silencio cargado de anticipación, el horno se prepara para el cambio. Cada gesto es tanto una despedida como un saludo a lo que está por venir.
02. Demolición: El Gigante en Reposo
Una vez vaciado, el horno se enfrenta a la demolición. Las antiguas paredes refractarias se desmontan pieza por pieza, entre polvo y el eco de los martillos. Cada ladrillo retirado cuenta una historia de calor y transformación. El horno cede, pero no es un final: es el terreno fértil para el renacimiento.
03. Reconstrucción: El Renacimiento del Fuego
Con los cimientos despejados, comienza la reconstrucción. Se colocan cuidadosamente nuevos ladrillos refractarios, creando una estructura lista para desafiar de nuevo al tiempo y a la llama. Cuando el fuego vuelve a arder, el horno no es solo nuevo: es el símbolo de una tradición que continúa, renovándose sin apagarse jamás.
Una Llama que Une Generaciones
La inauguración del nuevo horno fue un momento especial, testimonio de la continuidad y la fuerza de la tradición. Estuvo presente la familia Bartolozzi, el corazón de Vetreria Etrusca, junto con todos aquellos que contribuyen diariamente a esta realidad.
Entre emoción y orgullo, el video que acompaña estas imágenes cuenta la historia de una empresa familiar que mira al futuro sin olvidar sus raíces. Una combinación de tradición, innovación y evolución continua, transmitida de generación en generación, como una llama que nunca se apaga.
